Historia

La Verdadera Naturaleza del Sueño

Dormimos un tercio de nuestras vidas, siendo esto aproximadamente 25 años de todo el tiempo que estaremos sobre la Tierra. Vamos a velar por nuestro buen dormir. Aprende más sobre el sueño.

RM
Dra. Paola Encarnación
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El sueño ha despertado la curiosidad de todas las culturas, siendo percibido en muchos casos más como un hecho transcendente que como un fenómeno biológico. A pesar de los avances en su conocimiento en el último siglo, sigue habiendo muchas cuestiones sobre su naturaleza pendientes de resolver. El conocimiento del sueño también es conocer mejor la condición humana a nivel biológico, psicológico e incluso antropológico.

¿Qué es el sueño?

El sueño, como un cambio asociado al ciclo de actividad y reposo, es un fenómeno universal de los seres vivos. En los mamíferos y aves, los cambios de la actividad bioeléctrica en la corteza cerebral -el electroencefalograma (EEG)- permite identificar patrones que se corresponden con los diferentes estados de la consciencia. Estas modificaciones servirían para identificar el estado de sueño en organismos con un sistema nervioso complejo. Este patrón actividad-reposo también se puede observar en organismos unicelulares sin sistema nervioso, donde la actividad metabólica, síntesis de proteínas y expresión-inhibición de genes refleja ciclos y ritmos en su mayor parte de periodicidad circadiana, es decir de casi un día. Este ritmo, que se corresponde con el de rotación de la Tierra, refleja la adaptación de los seres vivos a las características del medio geofísico donde han evolucionado biológicamente.

Sin embargo, en organismos más simples en los que la actividad eléctrica del sistema nervioso no tiene patrones tan evidentes de cambio como en mamíferos y aves, el sueño se manifiesta de forma conductual por criterios que también se dan en organismos superiores. La definición de sueño, si se acepta que es un fenómeno universal de los seres vivos, debe poder ser aplicable a todos ellos, posean o no un sistema nervioso central complejo. Así, el sueño es un estado reversible, a diferencia del estado de coma o la hibernación, que se asocia a una postura característica y quiescencia. Hay una disminución a la respuesta a estímulos sensoriales y presenta un componente homeostático que hace que haya una necesidad aumentada (un rebote) tras una privación del mismo y suele presentar una regulación asociada a los ritmos circadianos.

Estas características, que se darían en todos los seres vivos, se asociarían en los organismos superiores con una compleja actividad cerebral. En mamíferos y aves, organismo de sangre caliente (homeotermos), el sueño tiene dos formas de expresarse o dos estados, tan diferentes entre ellos como de la vigilia. Estos dos estados de sueño son el sueño con movimientos oculares rápidos, o sueño REM (Rapid Eye Movement) y el sueño sin movimientos oculares rápidos, o sueño NoREM (NREM), también conocido como sueño lento. En ambos casos se identifican por patrones de específicos de actividad EEG.

El primero en estudiar los cambios en la actividad eléctrica cerebral durante los periodos de sueño fue William Dement en 1957, quien observó que dicha actividad aparecía con un patrón de aparición cíclica. Dement denominó (y aún hoy se sigue denominando así) a este patrón organizado en ciclos como arquitectura del sueño. Su representación gráfica es denominada como hipnograma.

Según las características de la actividad bioeléctrica durante el mismo, el sueño se clasifica en diferentes fases. La clasificación actual de dichas fases es una modificación de los criterios establecidos en 1968 por Rechtschaffen y Kales, que dividieron el sueño en NREM, con varias fases denominadas como fase 1, fase 2 (ambas integraban el llamado sueño superficial), fase 3 y fase 4 (ambas integraban el llamado sueño profundo) y en sueño REM o fase REM. El modelo actual de clasificación fue impulsado en 2007 por la Academia Americana de Medicina del Sueño (AASM, de sus siglas en inglés)