Balance Energético y Regulación de Metabolismo.

Para mantener la salud y la figura el sueño es principal

El sueño también tiene un importante papel en la regulación del metabolismo y el balance energético del organismo. Una falta de sueño en sujetos adultos se ha relacionado con un elevado índice de masa corporal y, más concretamente, existen evidencias de que dormir menos de 7 horas es un factor de riesgo para tener sobrepeso. La falta de sueño altera los niveles de hormonas relacionadas con la regulación del apetito, como la leptina (que lo disminuye) y la grelina (que lo aumenta), disminuyendo la sensación de saciedad y favoreciéndose el apetito.

La regulación del metabolismo de los azúcares se ha asociado estrechamente con el sueño. El grupo de investigación de Eve van Cauter (2018) en la Universidad de Chicago ha mostrado repetidamente cómo la privación del sueño en sujetos jóvenes sanos no obesos se asocia a resistencia a la acción de la insulina, el mismo fenómeno que se da en la diabetes tipo II del adulto asociada a obesidad.

El organismo ha evolucionado para interpretar la falta de sueño como una conducta relacionada con situaciones de necesidad o amenaza. Nuestro cerebro al percibir esta situación responde mediante el aumento de los niveles de hormonas que preparan el organismo para la actividad, aumenta la glucosa disponible en sangre y envía una señal de almacenamiento de energía en forma de grasa. Si la falta de sueño no es por un aumento de actividad física en una situación de demanda (huir, buscar alimento, proteger el hábitat, etc.) y si la situación se acompaña además de sedentarismo, es fácil deducir que habrá una tendencia al aumento de glucosa y almacenamiento de grasa. El sueño, pues, va a permitir regular el balance energético. El hecho de poder estar 7 a 8 horas seguidas de sueño sin apetito se debe al aumento de leptina durante el mismo.